10.7.18

Tu miedo, que no el mío

Que te torturen todos mis lunares.

Y se ahogue tu voz,
con lágrimas,
de palabras acalladas.

Y me veas,
en todas las chicas que pasan
y no se te quedan mirando.

Porque el miedo te paró.

Cobarde.

Y se congeló,
hasta tu lengua en mi cuello.

Miedo, a lo de siempre.

Miedo, a las ganas.

El miedo ese
de cuando algo atrapa
y no sabes,
si vas a poder soltarte.

El que te besa rápido,
y me va callando
poco a poco,
poco a poco,
y muy,
lentamente.

Que eres tan libre como yo.

Y nunca hubo cadenas,
más allá de tu cabeza.

Has inventado hasta jaulas
de barrotes de suspiros
y cerrojos de caricias.

Porque tenías miedo,
cobarde,
a sentir, lo que yo,
ya ni siento.

Porque sí,
fui yo la que pidió guerra.

Y llegaste tú,
para rogarme clemencia.

Tú,
que mataste a Lolita,
en el primer ecuentro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario