por fuera.
En el más oscuro abismo,
en el más frío silencio,
en el más profundo sueño.
¿Qué más da lo que yo sienta?
No soy más que un triste cinco.
Seré un borroso recuerdo.
¿Qué más da lo que yo sienta?
Si yo valgo lo que sé,
y solo sé que ya no siento.
La soledad va de mi mano,
arropada entre el barullo
de unos brazos que no protegen,
de unos besos que no queman.
Si he dejado de creer en mí, dime,
¿qué sentido tiene que yo siga aquí?
