31.5.22

Guapa, gitana

Cae el Sol y tú te ves bailando

guapa; gitana.


Y sabes que el mover de tus caderas,

mece los ojos de los hombres que rodean

cualquier lugar pro donde tú andas.


Y cierras las pestañas,

asentir,

la música que tus brazos contonea.


Y la luz de tus ojos negros,

eclipsa el brillar del oro,

que amarras entre tu pecho.


Y tu pelo envuelve el aire,

que humo prendió en risa,

y se te escapan por los labios

suspiros de despedida.


Cerrando van las noches los garitos,

y tú vives del alcohol y lo prohibido.

Sólo mojas sábanas ajenas,

para mantener el ritmo.



Cae la Luna y tú te ves llorando

aún guapa; gitana mía.


23.5.22

sustantivo cualquiera

se me olvidó que también amaste

y te quisiste quedar para siempre en un abrazo.

pero dejaste de sentir

y empezó la convivencia.


se me olvidaron tus sueños propios

y todas tus ilusones.

ahora más bien te robo noches,

para que bailes pensando.


se me olvidó que fuiste niña

y también te convertiste mujer.


¿que este error ya lo tienes?

vale, pero déjame vivirlo.


lo siento, porque lo más difícil

ha sido darme cuenta

que en todo el ti contra mí,

el mayor fallo fue

sustituirte el nombre

por un sustantivo culquiera.


porque se me olvidó que fuiste niña

y ahora eres mujer,

amante,

amiga,

maestra,

hija...


y yo,

sin quererlo,

lo resumí todo a madre.

11.5.22

hay un mar en mi almohada

hay un mar en mi almohada

que acompaña a las estrellas,

y yo me dejo bañar y mecer

y yo me dejo pensar y crecer


compruebo que las horas pasan,

ordenando los minutos,

calibrando los segundos.


pero me dejo crecer,

sólo yo sé,

que me estoy dejando crecer.


por eso que cuando lloro me transporto y me transformo

a cualquier lugar donde fui feliz

y me dejo sentir miedo.


me curan las heridas caricias ya pasadas

y me sujetan el pelo manos ahora agrietadas.


pero me estoy dejando crecer,

sólo yo sé,

que me estoy dejando crecer


a veces son las canciones de Serrat

en los labios de mi padre.

a veces las caricias de una madre

en el arco de la nariz.


y caen ríos de agua tibia

que arrastran lo que no duele

y mecen hasta domir.