se me olvidó que también amaste
y te quisiste quedar para siempre en un abrazo.
pero dejaste de sentir
y empezó la convivencia.
se me olvidaron tus sueños propios
y todas tus ilusones.
ahora más bien te robo noches,
para que bailes pensando.
se me olvidó que fuiste niña
y también te convertiste mujer.
¿que este error ya lo tienes?
vale, pero déjame vivirlo.
lo siento, porque lo más difícil
ha sido darme cuenta
que en todo el ti contra mí,
el mayor fallo fue
sustituirte el nombre
por un sustantivo culquiera.
porque se me olvidó que fuiste niña
y ahora eres mujer,
amante,
amiga,
maestra,
hija...
y yo,
sin quererlo,
lo resumí todo a madre.
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