Me has quemado toda la piel
a base de hielo.
Te he dejado sentado,
pensando,
si de verdad,
merece la pena seguir
gritando por cualquier revolución.
Y sí.
Somos la mecha
de cada bomba que explota
para arrasar con lo que más odiamos,
de nosotros mismos.
Tú sabes a tarde de agosto.
{ Te has acabado pronto }
Y yo me he quedado pensando
en qué momento
te dije que sí,
y olvidé,
que nunca más iba a
ponerle los cuernos
a la musa que llevo dentro.
Quizá será porque una caricia tuya
vale más que toda la risa
que estalla en mi pecho,
cuando me coges la mano
y corres,
siempre,
delante de la policía.