Te he dejado de querer
cuando me lloro.
Y te saco del futuro,
me regaño en presente
y te añoro en pasado.
Pero estoy bien,
lloro, grito,
he olvidado reír.
Pero al menos dicen que ya estoy bien.
Me imagino que esta mano
que me ahoga cada noche
lleva puesta tu pulsera.
Pero estoy bien,
me aislo, no salgo,
he inventado una burbuja.
Pero al menos ya no me ven.
Y la noche de mis ojos,
ha apagado el brillo;
y el frío de mis manos,
ha estinguido el fuego.
Por eso duermo,
para eso vivo,
pese a eso
olvido.