Y es que ya no te cielo.
Ni te pienso,
no existes.
Caen todos los poemas
que el iluso corazón
le escribía a tu soberbia.
Y te pido,
en silencio,
que te marches.
Nunca vuelvas.
Porque sé,
que cuando te lo pida
llorando por los ojos
y de rodillas en el suelo;
vas a creerte fuerte,
mientras piensas,
que soy débil.
Y te equivocas.
Solo quiero decirte
que fuiste un "tequiero" pasajero
en un "hastanunca" crónico.
Marinita Lol