16.1.17

Trece rosas disecadas

Acabo de poner mi corazón
en dos por cuatro.
He roto con las corcheas,
me he quedado en los silencios.

Y el grito,
que ya no suena,
del violín desafinado
duele más que mil tequieros
de tus labios tan ajados.

Te estoy pensando en silencio,
rodeada de los gritos
del ayer aún rencoroso.

He puesto en el lugar de tu mente,
trece rosas disecadas.

Y he vuelto a la cama,
para pensarte en silencio,
quemando, tus ojos negros.

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