Tengo miedo del invierno.
Levantarme en escarcha.
{No para de vibrar
un móvil vacío,
sin ningún mensaje nuestro.}
Siento asco,
pidiéndote perdón al preguntarte
con cada mirada:
qué hice mal,
para que estés tan lejos.
Tengo miedo del invierno,
del verano,
y del otoño,
y de cada primavera.
Perderlo, rebelarme, asumirlo;
y sobre todo,
a comenzar.
Te tengo miedo a ti,
porque he visto
el poder de tus palabras
y de los silencios
de tus ojos
y de cuando no hay luz
de tu cuerpo
y de la soledad del mío
la fuerza que teníamos,
y el miedo que te causó.
Y tengo
ese terror innato,
a salir entera de
mi propia jaula,
de mi santa cárcel.
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